Manatí ¿fuera de la Lista de Especies en Peligro?

Manatí ¿fuera de la Lista de Especies en Peligro?

El Manatí, ¡Un mamífero con calma para todo!

El manatí está protegido en el país por el Acta de Especies en Peligro (ESA, por sus siglas en inglés), listado desde 1967 como Especie En Peligro por su estado de conservación. La población actual del manatí en el sureste continental del país se estima en 6.350 individuos y 532 en Puerto Rico.

Se ha recuperado con mucha calma, y con la misma calma después de casi 50 años e innumerables programas de conservación, un día no muy lejano saldrá de la Lista.

El estado de conservación de una especie viene dado por la probabilidad que tiene la misma de continuar existiendo en el presente o en un futuro cercano, en vista no sólo del volumen de la población actual, sino también de las tendencias que han mostrado a lo largo del tiempo, de la existencia de depredadores u otras amenazas, y de las modificaciones previstas en su hábitat, entre otros indicadores.

¿Por qué la población de los manatíes es tan sensible?

En su hábitat natural y sin perturbaciones humanas, el manatí tiene una esperanza de vida de 40 años. Los manatíes pasan la mayor parte de su tiempo alimentándose y descansando. Pastorean con plantas acuáticas a lo largo de ríos, costas y en la superficie del agua. El manatí puede mantener la respiración hasta por 20 minutos, pero normalmente subirá a la superficie cada 3 a 5 minutos. Este comportamiento natural lo hace susceptible al impacto de las embarcaciones.

Al año, en la Florida mueren entre 350 a 400 manatíes impactados por una embarcación. Cuando un manatí es víctima de un impacto y no muere, su esperanza de vida se reduce a unos 7 años. Lo que representa un problema desde el punto de vista reproductivo, porque la hembra madura para tener cría entre los 4 y 7 años, y las crías dependen de la madre por alrededor de 2 años. Además, su potencial de reproducción es lento, tomándose entre 2 a 3 años y medio para volver a parir.

Por otro lado, la disminución de los manantiales en la Florida ha amenazado la supervivencia de los manatíes que han perdido ese hábitat de aguas cálidas que le proporcionaban los manantiales. Viéndose obligados a buscar un peligroso refugio en la calidez de las aguas cercanas a las centrales eléctricas nucleares, que no solo perturban la salud térmica de los ecosistemas sino que representan un cebo para los manatíes que en busca de calor multiplican el riesgo de ser impactados por embarcaciones por la cercanía de las centrales eléctricas a áreas urbanas y de recreación.  Además de hacerles dependientes de fuentes artificiales de calor permanentes, por lo que han dejado de migrar, lo que representa una presión mas para su supervivencia, entre otras razones, porque estos “oasis” de calor también son apetecidos por cocodrilos y caimanes, unos de sus depredadores naturales.

Otra presión sobre el manatí es la contaminación de las aguas costeras, que reduce su suministro de alimentos. La clasificación federal del manatí como Especie en Peligro ha limitado la contaminación del agua en su hábitat. Debajo de la ESA, se pueden enumerar especies como en peligro de extinción o amenazadas. « Especie en Peligro » significa que está en peligro de extinción en toda o una parte importante de su gama. « Especie en Amenazada» significa que es probable que la especie, pase a estar en peligro de extinción previsible en un futuro.

¿Por qué se propone retirar de la Lista de Especies en Peligro al Manatí?

En respuesta a un recurso interpuesto por Save Crystal River, Inc., para reclasificar al manatí, el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre (FWS) de Estados Unidos después de analizar las circunstancias y evaluar el estado de conservación de la especie, comenzó la consulta pública y está recibiendo comentarios sobre su propuesta de reclasificar al manatí de “especie en peligro” a especie “amenazada”.

El FWS argumenta que el estado de conservación del manatí ya no se corresponde con la definición de Especie en Peligro del ESA, estableciendo que fuera de los Estados Unidos, la principal amenaza es la perdida y fragmentación del hábitat, y dentro del país, las principales amenazas son las coaliciones con embarcaciones marinas y la pérdida de hábitats de aguas calientes para el invierno. Amenazas que están siendo manejadas y reducidas en la gama de la especie, conclusión que basan en la revisión de la mejor información científica y comercial disponible y el análisis de las amenazas y demográficos; por lo que proponen se reclasifique de “en peligro” a “amenazada”.

¿Qué significado tiene que sé reclasifique al Manatí como Especie Amenazada?

Es importante notar que la reclasificación a Especie Amenazada no resulta en cambios o disminución de las medidas actuales de conservación. Todas las medidas de conservación y protección del manatí seguirían vigentes. La especie seguiría protegida por el ESA en lo que se refiere a la prohibición de matar, dañar o acosarle; a la modificación de su hábitat y los requisitos para las agencias federales de consultar con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre cuando sus acciones puedan afectar el estado de conservación de la especie. Pero la designación como Especie Amenazada proporciona una mayor flexibilidad de gestión para los Estados y proporciona al Servicio con una mayor autoridad para otorgar permisos y la habilidad de aplicar reglas especiales bajo la ESA. Así como propuestas de medidas de protección adicionales cuando lo considere necesario.

Precisamente esa flexibilidad es la que preocupa a los expertos, que consideran que este cambio abriría una ventana a los urbanizadores para establecer proyectos que podrían retroceder los avances conseguidos en la recuperación de la población del manatí en la Florida. Entre otros, el Servicio podría otorgar permisos para que se tomen individuos de la especie con propósitos de investigación científica, o para exhibiciones en zoológicos con propósitos educativos o especiales que sean consistentes con el propósito del ESA.

El Manatí, el Cambio Climático y el Plan de Energía Limpia

Los potenciales efectos del Cambio Climático, entre ellos las proyecciones sobre el aumento del nivel del mar, los cambios en los patrones de precipitaciones, y los cambios de temperatura estacionales pueden afectar la distribución, cantidad, y calidad del hábitat del manatí. Cualquiera de estos cambios puede impactar la viabilidad futura de su población, positiva o negativamente. Por eso es necesario que se mantenga la estrategia de conservación para monitorear el desarrollo de la especie.

No es cierto que el Plan de Energía Limpia afecte las centrales eléctricas nucleares, por lo que la matriz de opinión sobre que el Plan de Energía Limpia afectará a los manatíes que se refugian en las cercanías de éstas plantas de energía carece de fundamento. Por el contrario, el Plan anima las fuentes de energía nuclear como un recurso de mitigación por no tener un impacto en la atmósfera desde el punto de vista de emisiones de gases efecto invernadero.

Sin embargo, es una fuente de energía cuya producción es costosa, genera muy pocos empleos que son especializados y la contaminación nuclear que produce por la difícil disposición de los pasivos nucleares, sumados a la contaminación térmica en el proceso de enfriamiento de los reactores, y el riesgo que asumen las comunidades frente a un evento natural extremo como los que se han hecho comunes en los últimos años por el cambio climático, le han hecho perder su atractivo.

Conclusión

En mi opinión, las normas deben ser revisadas para adaptarse a la dinámica del desarrollo en toda su extensión. Y es necesario evaluar los resultados de la implementación de las mismas para reaprender y reformular las estrategias de conservación. La meta de establecer la listas de especies en peligro o amenazadas es que las especies en cuestión reciban toda nuestra atención y recursos para cambiar su realidad.

Sí hemos logrado recuperar la población del manatí con todos los esfuerzos realizados hasta el momento, tal vez llegó la hora de soltar, felicitarnos, celebrar y aprender la lección para que no vuelva a sucedernos. Pero, si existen riesgos y amenazas fundamentadas que solo pueden evitarse con las duras restricciones de la clasificación de Especie en Peligro, también debemos aceptarlo y aprovechar la ocasión para establecer metas concretas de cumplimiento para alcanzar el espíritu, propósito y razón del Acta de Especies en Peligro que es recuperar las especies, no tenerlas en la lista.

La pregunta de fondo es, por qué el interés de algunos de sacarlos de la lista. ¿Le espera alguna desventura al manatí? ¿Disponemos de información substancial que contradiga los hallazgos de la agencia federal? La decisión no está todavía tomada. Aquí se respetan los procesos y se cumple con la participación pública.

Como siempre, son muchas las acciones que podemos tomar para proteger la realidad de esta especie que además de su valor ecológico representa un atractivo turístico para el Estado. Desde seguir las reglas de navegación y proteger su habitat hasta opinar y dejar saber a nuestros representantes sobre nuestro interés de continuar ejerciendo políticas de protección sobre la especie que seguirá en peligro mientras existan embarcaciones de navegación y fuentes de contaminación que limiten su alimento.

Tenemos hasta el 7 de abril para comentar sobre la propuesta, no se trata solo de decir si estamos a favor o en contra de la medida, es necesario establecer con hechos ciertos si dentro del rango geográfico de distribución del manatí existen actividades actuales o en etapa de planificación que pueden impactar o beneficiar a la especie, incluyendo actividades que puedan afectar las comunidades de plantas acuáticas, las fuentes de agua dulce y aguas templadas, cuerpos de agua protegidos, proyectos de acceso de botes, proyectos de expansión de puertos u otros.

Sí tienes información pertinente que compartir para contribuir a la toma de decisiones puedes hacerlo de esta manera:

Vía internet en http://www.regulations.gov

Vía correo postal o entrega en persona en la siguiente dirección:

Public Comments Processing, Attn: Docket No. FWS-R4-ES-2015-0178; U.S. Fish and Wildlife Service Headquarters, MS: BPHC, 5275 Leesburg Pike, Falls Church, VA 22041-3803.

La Voz Latina de la Conservación. Apasionada en comunicar una visión integral de los beneficios de la conservación y protección de los recursos naturales. Creadora del EcoCoaching®. Su misión profesional y personal es inspirar una participación más amplia de los Latinos en el disfrute y defensa de los recursos naturales de América, para que procuren su Bienestar Natural­­™ www.mildredreal.com @mildredreal