
Suelo, Sequía, Agricultura y Clima.
La vegetación recibe los nutrientes del suelo, así que podremos cultivar en la misma medida en la que el suelo sea fértil. El valor de los suelos puede calcularse en términos económicos aunque es insustituible. ¿Sabias qué?: Además de su participación activa en la producción de bienes como los alimentos, cereales, fibras textiles, combustibles y productos medicinales; los suelos nos brindan servicios que contribuyen tanto a regular el clima como a la producción de oxígeno.
El suelo es uno de los recursos mas ignorados por nosotros, además es un recurso no renovable. Digo ignorado porque generalmente nos referimos al aire, al agua, a la flora o a la fauna. Pero al suelo, qué tiene tanta importancia como cualquier otro recurso del planeta, lo damos por concedido; quizás, porque una imagen del suelo no es lo suficientemente atractiva como pueden ser la de un cultivo o la de un bosque. Pero ni el uno ni el otro podrían existir sin aquél.
Y es que la relación entre el suelo y la vegetación, es tan íntima y tan recíproca que nos cuesta concebir su existencia por separado. El suelo fértil proporciona nutrientes a la vegetación, retiene agua para que se desarrolle y le sirve de substrato a sus raíces. En correspondencia, la vegetación estabiliza el suelo; mantienen el ciclo del agua y los nutrientes; y, reduce la erosión hídrica y la eólica que es la remoción del suelo por efecto de los vientos.
No somos muy inteligentes tratando el suelo de La Madre Tierra. Por el contrario, ejercemos una intensa presión en él. Inevitablemente, la explosión demográfica degrada el suelo; cada día crece la población de este planeta, y ese aumento en la población demanda más agua, más cultivos y más urbanización. Tenemos prácticas insostenibles de agricultura y también de urbanización. Prácticas que degradan los suelos, y sí un suelo fértil y productivo pierde total ó parcialmente su potencial de producción, comienza a convertirse en desierto especialmente bajo las presiones actuales de sequía.
Tal vez, las imágenes que compartimos del suelo con mayor frecuencia son las de suelos agrietados y estériles, esas que me producen una profunda sensación de vacío y penar por la triste realidad que representan. La realidad mundial es que ya están degradadas cerca del 70% de las 5.2 mil millones de hectáreas de tierras áridas usadas para la agricultura.
Realidad que si consideráramos intervenir los recursos con el mínimo impacto posible y resolvemos restaurar los ecosistemas dañados, podría cambiar. Conociendo que la desertificación se produce cuando se degrada el suelo en una tierra árida, evitar la degradación de estas tierras es indispensable para garantizar la seguridad humana.
La desertificación ha afectado a casi 1/4 del total de la superficie de la Tierra. Públicamente se habla muy poco sobre esto, pero America del Norte es el continente con la mayor proporción de tierras áridas sujetas a la desertificación, cerca de un 74% de las tierras áridas que son las que se pueden convertir en desiertos ya están afectadas en este continente.
El país reclama acciones inmediatas para que el presente sea menos dramático. Vivimos un drama serio y todos deberíamos conocerlo y actuar. La sequía se ha instalado para dañar severamente el suelo y las consecuencias son graves y serán caóticas a mediano plazo.
El Suelo, una Solución para el Clima.
Con el aumento en la atmósfera del dióxido de carbono y otros gases, generamos un cambio en el patrón climático del planeta. Los ecosistemas agrícolas almacenan carbono, que de otra manera estarían en la atmósfera aumentando el efecto invernadero que causa el calentamiento global. Irónicamente, ese suelo que nos brinda el servicio de atrapar el carbono, tiende a liberarlo a la atmósfera cuando la temperatura es más cálida, aumentando así el propio cambio climático.
Por otro lado, la degradación de las tierras agrícolas no solo disminuye el rendimiento de los cultivos, sino que reduce la capacidad de almacenamiento de carbono del suelo y termina disminuyendo también la diversidad biológica.
Por la capacidad del suelo de almacenar carbono, su gestión sostenible y la de sus recursos, contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, reduciendo el impacto del cambio climático.

En la foto, las inundaciones en la ciudad de El Doral, Florida
Los eventos naturales como los huracanes se intensifican y las condiciones del tiempo son extremas con mayor frecuencia a consecuencia del Cambio Climático. Urge entonces, tomar acciones en la gestión del suelo:
1) para capturar el carbono de la atmósfera y mitigar el cambio climático;
2) para asegurar el rendimiento de los cultivos y proteger la diversidad biológica;
3) para evitar la desertificación o conversión del suelo en desierto; y,
4) para adaptarnos a las consecuencias que produce el cambio climático
Frente a esta realidad cuyas imágenes son cada día mas frecuentes, hay que hacer esfuerzos colectivos de adaptación al cambio climático. Sabemos que las precipitaciones se están dando con más frecuencia e intensidad y que, por su capacidad de retener el agua, el suelo cumple un importante rol en el manejo de inundaciones. Entonces, administrar el suelo en una forma sostenible es necesario para permitir que nos brinde estos servicios ambientales en toda su capacidad.
Proteger El Suelo de la Desertificación: Una Tarea Colectiva.
Cambiar la historia requiere de valientes, es valiente el que se arriesga a salir de su nicho para lograrlo. Necesitamos, literalmente, salir de nuestro nicho para cambiar la crisis ecológica que vivimos. Absolutamente desde cualquier sector podemos participar. Nos debe preocupar la seguridad alimentaria de la nación cuando vemos la sequía en California.

En la foto, Lake Oroville, California — 2011 a la izquierda, y Septiembre, 2014 a la derecha (Credit Paul Hames and Kelly Grow, California Dept. of Water Resources)
En conclusión, el suelo es un recurso no renovable que debemos conservar para asegurar nuestra subsistencia como especie en este planeta.¿Cómo logramos cambiar la crisis que enfrenta? -Necesitamos una producción eficiente de leña, forraje, y alimentos. Satisfacer las necesidades de la comunidad con el menor impacto posible: conservando y manteniendo el suelo. Necesitamos mitigar el cambio climático y el suelo es nuestro aliado. Necesitamos: conciencia ecológica.
¿Qué puedes hacer para ser parte de la solución?
Para proteger el suelo y mejorar nuestra calidad de vida debemos:
- Prevenir y revertir la degradación del suelo.
- Practicar la gestión sostenible del suelo.
- Prevenir la contaminación del suelo.
- Evitar el sellado del suelo.
- Combatir el cambio climático.
- Reducir la huella de carbono.
- Conservar e incrementar la cubierta vegetal.
- Detener el desperdicio de alimentos.
- Correr la voz sobre la importancia de los suelos.
#AccionClimatica #ActOnClimate